es de esos días en que quiero oír un “te quiero toda, incluso con lo malo”.

Años atrás, Navidad era una de mis noches favoritas del año. Había buena comida, mucha gente, muchas edades distintas, mucha conversación. Y si me aburría podía ir por un rato a otra parte, probablemente con los primos. (los regalos tampoco estaban mal).

Luego las cosas empezaron a cambiar, pensé que no duraría tanto y que algún día llegaría a algo parecido a lo que me gustaba. Es una transición .. creo que me engañé mucho con el concepto; años después, todo cambió, hasta la tradición. Y de mi fiesta favorita, llegamos a que en Nochebuena me vaya a la cama en lágrimas.

No es parte del crecimiento, sino parte del caos que producen los cambios absolutos y las malas decisiones.

no quiero más de esto.