hay periodos de la vida en los que los colores se apagan. es un proceso lento, resultado de pequeños daños que va sufriendo el alma. a veces hay destellos, pero nada permanente. a veces ni te das cuenta, se hace tan cotidiana la falta de brillo que llegas a creer que solo creciste, que la vida es así cuando has vivido ciertas cosas.

y de repente: una supernova.

los colores regresan tan naturales como el brillo del sol al final de una tarde de verano.

sin aviso, fuertes y envolventes.

y ya no puedes volver atrás, no te queda más que abrazarlos.